Raymundo Martín Gómez
Se les ve en sillas de ruedas en las calles o dependencias de Chetumal mendigando algún apoyo que no llega. Son los adultos que no encuentran el "cambio" ofrecido por Carlos Joaquín durante su campaña para llegar a la gubernatura gracias a los votos de la mayoría de los chetumaleños y la gente que vive en el sur de Quintana Roo.
Algunos pasan horas esperando en el DIF, en el vestíbulo del Congreso estatal o en algunas calles y avenidas empujados por gente que sí puede caminar, en particular sus familiares (FOTO INCLUIDA), ofreciendo una imagen de pobreza, de dolor, de sufrimiento, que no parece importarle a los políticos, a los funcionarios, que cada quincena cobran su generoso sueldo, sus compensaciones, viáticos y demás prestaciones.
Esta gente pobre que por algún motivo ya no puede ser productiva ofrece un triste panorama para una ciudad capital joven donde hasta hace unos años esto no pasaba, no era común ver, lamentar, comentar... Una dolorosa realidad que casi nadie del gobierno quiere ver ni atender.
La mayoría de las veces estos discapacitados buscan apoyo económico o medicamentos en el DIF estatal, municipal o en las oficinas de los diputados del Palacio Legislativo pero las secretarias o el personal de apoyo, por orden de tal o cual diputado, los dejan esperando horas hasta que fastidiados y más tristes se retiran a sus casas.
El cambio prometido en campaña por Carlos Joaquín no llegó para los más necesitados y así como van las cosas, en que el desgobernador se la pasa viajando, justificando sus viajes o diciendo en mensajes televisivos que con la ayuda de la sociedad se combate el grave problema del sargazo en las playas, este tema no parece ser prioridad a nivel municipal ni estatal.
Son los pobres, los más sufridos, los que creyeron en el cambio, los que votaron por Carlos Joaquín creyendo sus promesas, los que en su momento (o sus descendientes) le cobrarán la factura en las urnas electorales, algo que no parecen haber entendido estos oportunistas o aprendices de política.- Raymundo Martín Gómez, Chetumal, Q. Roo
Se les ve en sillas de ruedas en las calles o dependencias de Chetumal mendigando algún apoyo que no llega. Son los adultos que no encuentran el "cambio" ofrecido por Carlos Joaquín durante su campaña para llegar a la gubernatura gracias a los votos de la mayoría de los chetumaleños y la gente que vive en el sur de Quintana Roo.
Algunos pasan horas esperando en el DIF, en el vestíbulo del Congreso estatal o en algunas calles y avenidas empujados por gente que sí puede caminar, en particular sus familiares (FOTO INCLUIDA), ofreciendo una imagen de pobreza, de dolor, de sufrimiento, que no parece importarle a los políticos, a los funcionarios, que cada quincena cobran su generoso sueldo, sus compensaciones, viáticos y demás prestaciones.
Esta gente pobre que por algún motivo ya no puede ser productiva ofrece un triste panorama para una ciudad capital joven donde hasta hace unos años esto no pasaba, no era común ver, lamentar, comentar... Una dolorosa realidad que casi nadie del gobierno quiere ver ni atender.
La mayoría de las veces estos discapacitados buscan apoyo económico o medicamentos en el DIF estatal, municipal o en las oficinas de los diputados del Palacio Legislativo pero las secretarias o el personal de apoyo, por orden de tal o cual diputado, los dejan esperando horas hasta que fastidiados y más tristes se retiran a sus casas.
El cambio prometido en campaña por Carlos Joaquín no llegó para los más necesitados y así como van las cosas, en que el desgobernador se la pasa viajando, justificando sus viajes o diciendo en mensajes televisivos que con la ayuda de la sociedad se combate el grave problema del sargazo en las playas, este tema no parece ser prioridad a nivel municipal ni estatal.
Son los pobres, los más sufridos, los que creyeron en el cambio, los que votaron por Carlos Joaquín creyendo sus promesas, los que en su momento (o sus descendientes) le cobrarán la factura en las urnas electorales, algo que no parecen haber entendido estos oportunistas o aprendices de política.- Raymundo Martín Gómez, Chetumal, Q. Roo
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