miércoles, 20 de junio de 2018

EL CRITICO RAY:

¿Por qué se pierden los gobernadores y políticos de Q. Roo?
Raymundo Martín Gómez
Durante más de 36 años hemos tratado de ayudar al crecimiento de Quintana Roo destacando lo positivo, rechazando lo negativo, como lo marca la ética periodística pero, ¿por qué los políticos no entienden o tardan en entender que llegaron al cargo para servir y no ser servidos?
Aunque era el gobernante más joven de México, a principios de los ochentas al entonces gobernador Pedro Joaquín Coldwell le llevó menos de un año entenderlo al grado de que al final de su gestión esa apertura le permitió proyectarse a la política nacional.
Pero de allá para el 2017 todo ha sido un reto porque su sucesor Miguel Borge Martín no sólo nos vio como sus enemigos sino que nos reprimió y al ser el sexto periodista despedido de su empleo tuve que realizar una huelga de hambre que tardó 14 días en octubre de 1988 en los bajos del Palacio Municipal de Cancún (FOTO INCLUIDA), movimiento al que se sumaron otros tres colegas despedidos (Carlos Chablé, José Segoviano y Emilio Carrasco Hernández) y que ganamos porque teníamos la razón.
Luego Mario Villanueva a llegar al cargo, a quien ayudamos porque Borge no lo quería pues deseaba que su sucesor fuese Arturo Contreras o Joaquín Hendricks, también arremetió contra nosotros porque hasta se creía Dios, amo y señor, al grado de que desde hace casi 18 años está pagando parte de sus brutalidad y sus pecados en la cárcel.
Como su sucesor, Joaquín Hendricks me señaló que "no voy a pelearme contigo", aunque le aclaré que la tarea nunca es buscar pleito ni tener algo personal contra nadie pues el trabajo periodístico se centra en buscar el bien común, destacando lo positivo y rechazando lo negativo, en pro de la sociedad. De pobre, terminó como uno de los políticos más ricos la entidad.
En cambio Félix González Canto de plano nos ignoró, si acaso nos fastidió o atosigó con sus espías (algo común en todos los gobernadores) y a quien dejó en el cargo, Roberto
Borge Angulo se dedicó a los placeres de la vida, a fastidiar a sus opositores, a corromper más al grueso de la prensa como lo hicieron sus antecesores, a enriquecerse... Y también está encarcelado en una prisión de alta seguridad.
Aclaro que pese a mis numerosas pláticas con don Nassim Joaquín Ibarra nunca hablamos de su hijo, el actual gobernador Carlos Joaquín, a quien sin embargo hemos tratado de ayudar con nuestros comentarios, críticas o análisis...
¿Por qué los políticos no entienden que están bajo el escrutinio de la sociedad y obvio de los periodistas en particular de los que buscan el bien común?, me preguntan lo seguido. Y les respondo: porque el poder los pierde, los embrutece más, lo aloca, incluso los hace creerse dioses, reyes, amos, dueños de vidas y voluntades de los demás. Se pierden más y con ello, ¿a dónde llevan al pueblo quintanarroense? A la pobreza extrema, a problemas extremos, como sucede ahora.- Raymundo Martín Gómez, Chetumal, Q. Roo

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