viernes, 22 de junio de 2018

EL CRITICO RAY:

¿Para enriquecerse y hacer maldad buscaron el gobierno de Q. Roo?
Raymundo Martín Gómez
Por falta de dinero, porque era pobre, en los años ochenta Pedro Flota Alcocer caminaba de su casa buena distancia para llegar a las dependencias del gobierno o algunas agrupaciones en busca de que alguna palanca política lo impulsara hacia el éxito pues tampoco fue un buen estudiante relacionado con la agricultura.
Flaco entonces y hasta sonriendo en busca de que algún automovilista le ofreciera el aventón, yo veía a Pedro caminar pasando frente al DIF estatal rumbo al centro, sobre la Av. López Mateos (llamada también Av. Campestre) mientras me dirigía a mis oficinas de TRIBUNA frente a la cercana Escuela Secundaria Técnica No. 2, en el edificio que parecía una iglesia (donde ahora funciona LICONSA).
Me respetaba, me saludaba, aunque no le daba el aventón porque yo regresaba a trabajar al periódico y él iba en sentido opuesto pues con otros jóvenes de su época, pasado el tiempo, recibió varias oportunidades de ocupar algún cargo afin al PRI.
Pedro Flota Alcocer, pasado el tiempo y sin hacer grandes méritos, llegó a ser Secretario de Gobierno estatal, Secretario de Seguridad Pública (jefe de la policía estatal), diputado estatal y presidente de la Gran Comisión que controla a los diputados locales, director de la entonces poderosa CAPA que era la caja chica del gobierno en turno con el disfraz de cobrar el agua potable, entre otros cargos relevantes.
Pero el gran sueño de Pedro Flota (FOTO INCLUIDA) era ser alcalde chetumaleño, algo que nunca logró en gran medida porque jamás supo tragar sapos sin hacer muecas (como dicen los del PRI), porque es impopular, porque maltrató a la mayoría de la gente, porque donde pasó como funcionario dejó pésimos resultados al grado de que hicieron mediante corruptelas el mal drenaje sanitario en Bacalar o terminó saqueada la CAPA.
El gran sueño de Pedro (FOTO INCLUIDA) era ser alcalde chetumaleño, algo que nunca logró en gran medida porque jamás supo tragar sapos sin hacer muecas (como dicen los del PRI), porque es impopular, porque maltrató a la mayoría de sus colaboradores. Donde pasó como funcionario dejó malos resultados al grado de que hicieron un pésimo drenaje sanitario en Bacalar o terminó saqueada la CAPA.
Como otros chetumaleños ya ricos, alternando sus cargos públicos, Pedro instaló una cantina disfrazada como restaurante-bar en lugar de haber dejado una buena huella para esta tierra bendita llamada Chetumal, capital de Quintana Roo, por lo cual décadas atrás se luchó para buscar el autogobierno. El es apenas un ejemplo de por qué querían ese autogobierno, para ser ricos y dañar al pueblo.- Raymundo Martín Gomez, Chetumal, Q. Roo

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