miércoles, 4 de julio de 2018

Molesto por la derrota del domingo, ¿Carlos Joaquín qué hará?

Raymundo Martín Gómez
Este lunes 2 de julio, Carlos Joaquín estaba molesto, iracundo, no quería atender a nadie, porque perdieron los candidatos que propuso para ser alcaldes, diputados federales y senadores del PAN y PRD, partidos que le han hecho creer que ellos lo llevaron a la gubernatura y no el hartazgo, el voto de castigo, contra su antecesor el desgobernador Roberto Borge Angulo, hoy preso en un penal de alta seguridad del estado de Morelos.
Sus más cercanos colaboradores confesaban que no podían ni consultarle sobre algún tema urgente porque Carlos Joaquín estallaba en cólera mientras revisaba los reportes sobre el estrepitosa derrota que sufrió junto con Enrique Peña Nieto porque además ambos se han dedicado a la buena vida junto con sus familares en lugar de resolver los problemas de la gente.
Ese lunes en la tarde, aconsejado por ciertas personas que lo están llevando a la perdición política, Carlos Joaquín inventó un evento de combate a la corrupción que tuvo poca difusión y ayer martes 3 de julio, ya un poco más relajado y simulando su coraje, lo vimos acudir al reducido salón Constituyentes del 74, junto al ex CREA, donde presidió un evento para formalizar supuestas facilidades para abrir negocios, sin tanto trámite burocrático.
Desde que bajó de su camioneta blindada sobre la Calzada Veracruz, rodeado por media docena de guaruras, Carlos Joaquín trataba de sonreír y atendió a dos mujeres humildes que le pidieron apoyo hasta que entró a dicho Salón en que los guaruras sellaron las puertas de cristal para no dejar pasar a nadie.
Sin embargo, el que todavía se ostenta como gobernador no parecía arrepentido del gran insulto que le causó al pueblo chetumaleño porque el domingo pasado junto con su esposa y sus tres hijos votó en Cancún, donde tiene su residencia, y no en Chetumal, la ciudad capital donde está Palacio de Gobierno y se supone que allá trabaja ni acudió a la lujosa Casa de Gobierno de la Av. Insurgentes que se costea con dinero de los impuestos que todos creían es la casa donde vive.
Carlos Joaquín (FOTO INCLUIDA CON SU FAMILIA) parece no querer aceptar que los más de 50 mil votos de diferencia de los chetumaleños y la gente del sur de Quintana Roo que marcaron su triunfo hacia la gubernatura es una deuda que nunca terminará de pagar y de la cual no sólo reniega al no haber cambiado durante más de dos años su credencial de elector para poner como residencia la Casa de Gobierno o Palacio de Gobierno, y no su mansión en Cancún.
Entonces muchos chetumaleños ya están pidiendo que sea clausurada la citada Casa de Gobierno, que ocupa una hectárea sobre la Av. Insurgentes, y cerrar Palacio de Gobierno, porque el gobernador no trabaja por y para los chetumaleños o los quintanarroenses, pues son conocidos sus viajes dentro y fuera de México al igual que sus hijos (que son llevados por los guaruras a comer antojitos en camionetas blindadas) o su mujer, que gusta de los viajes en avión, quienes así malversan el dinero y los recursos materiales con cargo al pueblo.
Si Carlos Joaquín no entendió el mensaje de repudio del domingo en las urnas, cosas peores están por suceder. Tiene que cambiar 360 grados, debe sacudirse de esa turba de mafiosos que siguen haciendo negocios dentro del gobierno pidiendo su comisión, que son intratables, insensibles, engreídos y repudiados por la sociedad, so pena de que los chetumaleños ya no lo dejen entrar a Palacio ni a la Casa de Gobierno por inepto e insensible.- Raymundo Martín Gómez, Chetumal, Q. Roo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario