martes, 10 de julio de 2018

Octavio Chávez fue otro negrito para Carlos Joaquín

Con su falso perfil de intelectual, de experto en temas políticos que unos vivales le crearon en los años noventa, Octavio Chávez Gavaldón, actual rector de la Universidad Tecnológica de Chetumal le generó votos de castigo al desgobierno de Carlos Joaquín con su soberbia, su ineptitud para dirigir esa institución educativa y falta de sensibilidad social, señalan quienes lo conocen.
Chávez Gavaldón, ex director del IQC (Instituto Quintanarroense de la Cultura) y del CONALEP, cuando no había Internet fue ascendido por dos dizque periodistas como intelectual y asesor político, algo que él creyó pero luego cuando lo cesaron de ambos cargos, negoció seguir cobrando como aviador en las oficinas del sector educativo pese a que no es profesor ni mucho menos docente, aclara un ex directivo educativo.
Hace algunos años, Octavio Chávez (FOTO INCLUIDA), se les ingenió para negociar su jubilación en el sector educativo, algo que no le correspondía pues no es docente de carrera ni trabajador administrativo con trayectoria, lo cual logró bajo el acicate de la Reforma Educativa de Peña Nieto que lo dejaría fuera de la nómina.
Priísta según consta en sus dichos y hechos pues era chalán en la fantasmal "Fundación Colosio", Chávez Gavaldón logró colarse dentro de los allegados al "gobierno de cambio" de Carlos Joaquín argumentando que operó "bajo el agua" traicionando al PRI, del que se quejaba porque no le daban trabajo luego de su jubilación...
Como "premio", el joaquinismo lo nombró rector de la Universidad Tecnológica de Chetumal donde ha vivido encerrado en su burbuja desde hace año y medio, disfrutando sus viáticos, su buena camioneta asignada a la UT, su chofer que le hace los mandados, su jubilación, alejado de quienes decía eran sus amigos cuando era pobre y, lo peor, sin realizar una buena labor como rector.
Varias veces le hemos publicado en EL CRITICO su desidia, su ineptitud y el abandono en que tiene a los estudiantes o los problemas de la UT, sin que diga esta boca es mía, lo cual fue otro factor que influyó en el voto de castigo que los chetumaleños le recetaron al gobernador Carlos Joaquín en las recientes elecciones del 1 de julio en que perdieron todos sus aspirantes a diputados federales, senadores y la mayoría de las presidencias municipales.
Con "colaboradores" que no oyen, no escuchan, no trabajan, ¿para qué quiere más Carlos Joaquín?, es uno de los mensajes que le mandaron los electores en el caso de Octavio Chávez, un charlatán que lee las solapas de los libros y luego presume ser muy culto, gran lector de libros, en algún programa de radio local donde engaña a algunos, lamentan dos escritores.- N.L.A., Chetumal, Q. Roo

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